Dicen que las pericias sobre el túnel demorarán unos 15 días

Peritos de Policía Científica continuaron ayer realizando pericias en el túnel que sirvió a los asaltantes del Banco Río de Acassuso para escapar con un botín millonario. Para facilitar la tarea, y para que nadie viera lo que hacen, durante el fin de semana levantaron una especie de casilla de madera con techo de chapas que cubre la entrada al canal pluvial que corre debajo de la calle Perú.A pedido del fiscal Jorge Apolo, tratarán de determinar —estiman que los trabajos allí durarán no menos de quince días— dos cuestiones fundamentales para la investigación: una es si alguno de los rehenes ayudó a la banda cuando escapaba a mover un armario para tapar el boquete que habían hecho en la pared. La otra es determinar con exactitud cuando fueron construidos los dos túneles que conectan al banco con el canal pluvial.Desde un primer momento la Policía bonaerense aseguró que entre los rehenes (o los empleados) había al menos dos que fueron cómplices de la banda. Los investigadores sostenían esa hipótesis por dos razones: una es que necesitaron la colaboración de alguien de adentro para que les facilite las tareas de inteligencia previa y logística. Y la otra es porque tenían la certeza de que fue uno de los rehenes quien movió un pesado armario para tapar el boquete."Si bien parece que el armario lo movieron desde adentro del banco, con estas pericias que comenzaron hoy (por ayer) podremos establecer sin margen de error si así fue", dijo un vocero de la investigación.Aquél viernes 13 los ladrones salieron del banco con un botín de 600.000 pesos que estaba en la bóveda y con el contenido de 145 cajas de seguridad. Lo hicieron por un túnel de 16 metros previamente preparado que unía la medianera del banco con un desagüe pluvial.La parte superior de ese túnel habría sido cavada en 2001 por una cuadrilla para solucionar un problema de filtraciones. Se busca establecer porqué no se lo tapó. Y sobre todo, quién tenía la información de la existencia del túnel y pudo haberla vendido a la banda que asaltó el banco.Por otra parte, ayer la agencia de noticias Télam señaló que la banda habría dejado un mensaje escrito y tres réplicas de pistolas con la presunta intención de dejar en claro que cometieron el golpe sin armas ni violencia. Según Télam, el mensaje decía: "En barrio de ricachones, sin armas ni rencores, es sólo plata y no amores". Ese mensaje quedó en un papel dejado sobre tres réplicas de pistolas calibre 9 y 11,25 milímetros en el piso de la bóveda donde saquearon 145 cajas de seguridad.El texto es similar al que escribió en una pared el ladrón Albert Spaggiari, cuando junto a su banda, robó en 1976 un botín millonario del banco Societé Génerale de Niza. Su mensaje decía: "Sin armas. Sin odio. Sin violencia". Una fuente citada por la agencia detalló que "los ladrones fueron tan cuidadosos que no fue ni manuscrita ni impresa por computadora, sino dibujada con un letrógrafo (plantilla con letras recortadas)". Los investigadores tienen en claro que así los delincuentes tomaron la precaución de evitar que futuros peritajes identifiquen a la persona que lo escribió o la impresora que lo imprimió.Ayer, en tanto, con la calle Perú parcialmente cortada y una gran cantidad de peritos entrando y saliendo del local los empleados de la sucursal trataban de trabajar con normalidad.
Robo al banco: cuál fue el rol de cada miembro de la banda
En total actuaron entre 13 y 15 delincuentes. Al banco entraron cinco y otro se mezcló entre la gente para vigilar a la Policía. Además de la falsa cuadrilla, hubo un plan alternativo con dos autos en Panamericana.
Cinco entraron al banco. Uno los esperaba en el canal de desagüe con los dos gomones. Cuatro simularon ser parte de una cuadrilla de operarios en la esquina de Libertad y Tres Sargentos. Uno monitoreó todo mezclado entre policías, periodistas y curiosos. Otros dos, en dos vehículos, esperaron en la Panamericana para implementar un plan B, por si el robo se complicaba. Y creen que hubo por lo menos dos cómplices que actuaron como entregadores. Así estuvo conformada la banda que cometió el golpe al Banco Río: fueron entre doce y quince hombres que actuaron con muy buena logística y extrema precisión.Tal como anticipó Clarín al menos cinco miembros de la banda ya están identificados y —según fuentes del caso— salieron del país poco después del robo.Los investigadores llegaron a determinar la forma en que operó la banda luego de tomar las declaraciones de los rehenes del banco, las de los vecinos de Martínez que viven cerca de la alcantarilla por donde escaparon los ladrones y el rastreo de comunicaciones a través del análisis de las antenas de telefonía celular.El robo comenzó a las 12.20 del viernes 13. Los cinco ladrones llegaron en dos autos —hasta ayer se pensaba que habían llegado en un solo vehículo—, entraron a la sucursal que está en avenida Del Libertador y Perú y encararon una de las empleadas. Le pusieron un revólver en la cara y, así, obligaron al policía que estaba en la sala de seguridad a salir y entregar su arma. En pocos minutos distribuyeron a los rehenes en los tres pisos del banco.Al mismo tiempo dieron vuelta las cámaras de seguridad. Pero sus imágenes ya habían sido registradas. También había sonado la alarma y la Policía estaba yendo hacia allí. Pero claro, eso era parte del plan. Para concretar el golpe necesitaban que la Policía creyera que se había producido una toma de rehenes.A diez cuadras del banco, en Tres Sargentos y Libertad, cinco hombres que habrían utilizado una casa de Dardo Rocha y Tres Sargentos como base de operaciones, montaban una carpa alrededor de una tapa de alcantarilla. A un costado estacionaron una vieja camioneta de la cual, según relató un testigo de identidad reservada, bajaron —desinflados— los dos gomones que fueron hallados por la Policía. Cuatro de esos hombres se quedaron allí y uno fue con los botes, uno enganchado detrás del otro, por el canal de desagüe hasta el túnel que comunicaba con el banco.Parte de ese túnel ya había sido construído, presuntamente por una empresa contratada para investigar el origen de filtraciones de agua en el subsuelo del banco.A metros de la autopista Panamericana otros dos miembros de la banda, en dos vehículos, esperaban para actuar. Los investigadores saben que ellos estaban allí por el rastreo de comunicaciones que hizo la SIDE. Una fuente estimó que el rol de esos dos ladrones era estar preparados para aplicar un plan B (salir por otro sitio del desagüe) si el principal se complicaba.El último miembro de la banda se mezcló con la gente que estaba frente a la puerta del banco e informaba a sus cómplices los movimientos de la Policía.Los investigadores a cargo del fiscal Jorge Apolo están convencidos de que entre los rehenes había dos cómplices, que facilitaron la tarea de la banda con información previa y que después movieron un pesado armario para tapar el boquete que conectaba al túnel. Así, los cinco ladrones escaparon con 600.000 pesos del tesoro del banco y el contenido de 145 cofres.Previo al robo los miembros de la banda también se habían dividido las tareas: uno de ellos alquiló una caja de seguridad con identidad falsa para tener acceso al lugar. Otro se encargó de conseguir los dos autos robados con que llegaron al banco. También hubo uno que consiguió los dos gomones —La Policía ya sabe dónde fueron comprados— y el motor fuera de borda. Los investigadores están tratando de determinar como es que consiguieron la casa y si el dueño de la propiedad, que no estaría en el país, tiene algo que ver con la banda. Como ya anticipó Clarín, entre los líderes de la banda habría dos uruguayos. Fuentes del caso dijeron que uno tendría formación policial y antecedentes en su país: habría estado vinculado a una superbanda que cometió robos a bancos en Uruguay entre 1996 y 2000. Previo al golpe, creen que estuvo viviendo en un departamento de Recoleta.El otro extranjero sería el geólogo encargado de terminar el túnel para que la banda pudiera escapar. Además, creen que hay al menos un miembro del Ejército (no precisaron si está retirado) que aportó el armamento y sería quien concibió la idea de montar una escena de toma de rehenes para despistar a la Policía.
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